El principal encanto de Albarracín es callejear por todos
sus rincones, descubrir su aroma en distintas estaciones y disfrutar de una belleza desconocida. Descubrirlo callejeando sus calles, sus rincones y sus secretos escondidos a diferentes horas del día según el sol nos lo ilumine. También saber apreciar y comparar las sensaciones descubiertas en el contrastado callejear entre el día y la noche. A veces hay que saber perderse por sus estrechas calles y disfrutar de no saber donde estas hasta realizar tu propio mapa. Cada hora es diferente con su peculiar luz como es diferente sus estaciones y el clima a disfrutar convenientemente. Y yo, como cada visitante agradecido, dejo una pequeña muestra de mi hacer como mejor he podido y realizada con fotos conseguidas con mi móvil. Hay tanto que fotografiar que se acaba la pila de mi móvil. Hay en internet web y recorridos virtuales donde mejor muestran Albarracín. Es un pueblo hermoso y lo intentan conservar como las labores de restauración de su catedral. Animo y que vuestra obra no decaiga. Mis fotos es mi pequeño granito de arena. Recomiendo las visitas guiadas que se encuentran en la catedral. Pero sobre todo dejarse llevar por tu sensaciones al caminar y luego.....
Oficina Comarcal de Información Turística (Tf. 978 710 262 /
email: infoturismo@comarcadelasierradealbarracin.es
), única en la ciudad.
YO, y mi móvil. Disculpen.
Desde el mirador de la plaza del Ayuntamiento
Castillo, catedral y primer asentamiento protegido por el rio como foso natural
Mirador a pies de la catedral y contrario al mirador de plaza del Ayuntamiento desde el que se divisa.
Desde el mirador observamos y miramos allá a lo lejos
Allí se dan conciertos (Creo que de música clásica principalmente. Llamar y preguntar)
Plaza del ayuntamiento posterior al primer asentamiento
Se extendió la ciudad y aumentaron la longitud de sus murallas
La Catedral
Se esta restaurando la catedral. Donde se puede ver como esta relacionado la economía del lugar a la sucesiva construcción de la catedral.
En un periodo se enyeso tapando pinturas. Al quitar yeso aparecen estas pinturas.
Al quitar yeso aparecen pinturas antiguas y anteriores
Calles estrechas
Antes se pintaban las casas según moda. Ahora las nuevas se cubren con yeso del lugar que es rojizo.
Casa azul
Saliendo de calle estrecha a la Plaza
Plaza
Callejón que da a la plaza donde se observa reloj
El rio Guadalaviar, sin ser su cometido, forjo, como hermoso y fluvial artesano de su tierra, un sitio para que en una época se protegieran los hombres con sus fortalezas. A modo de foso principalmente les hacia mas infranqueable la conquista del castillo.
Espero que vayan a visitar Albarracín. Merece la pena aunque no sepa más que expresarlo coloquialmente.
Foto: Saliendo, yo como broma coloreada por mi improvisada presencia, por unas de sus puertas sumamente agradecido por los visto y por lo aprendido que el lugar me ha enseñado.
Copiado de web de su ayuntamiento y de Wikipedia, hay visita vitual y......
Albarracín es la bella puerta de entrada a la sierra de su mismo nombre. La ciudad se encuentra situada a 35 Km de Teruel.
Oficina Comarcal de Información Turística (Tf. 978 710 262 /
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en web ayuntamientoRuta Visual Interactiva ), única en la ciudad.
Cuenta con abundantes monumentos, como la Iglesia de Santa Maria, la Catedral, el Palacio Episcopal, algunas mansiones señoriales, entre las que destaca la de los Monterde, y una peculiar arquitectura popular donde destacan la casa de la Julianeta, la casa de la calle Azagra, la plaza de la Comunidad y la pequeña y evocadora Plaza Mayor.
Pero el encanto de Albarracín está sobre todo en el trazado de sus calles adaptadas a la difícil topografía del terreno, con escalinatas y pasadizos y en el conjunto de su caserío de muros irregulares, de color rojizo, con entramado de madera, en difícil equilibrio, con aleros que se tocan. Una característica diferenciadora de la ciudad de Albarracín respecto a los pueblos de la Sierra es el empleo abundante de las estructuras con entramado de madera y tabicones de yeso rojizo que confieren el color característico al conjunto. El yeso es material característico en Albarracín, más incluso que la piedra. La arquitectura de madera y yeso es más liviana que la de piedra, lo que reduce el volumen de materiales a utilizar, y en el caso de la ciudad economiza el costo de la obra por la dificultad de acceso de los mismos a ésta.
Cada rincón, cada casa, es objeto de admiración por sus puertas y llamadores (picaportes de hierro imitando un pequeño y fantástico dragón), sus diminutas ventanas con visillos de encaje, sus balcones corridos en rica forja y de madera tallada, ... El monumento principal de Albarracín es la ciudad misma, con todo su sabor popular y aristocrático, reflejo de su historia y del buen hacer de sus gentes.
La ciudad de Albarracín está situada a 1.171 metros sobre el nivel del mar condicionando esta altitud su clima, que se puede clasificar dentro de los mediterráneos de montaña, con matices continentales, siendo su temperatura media anual de 11º y la precipitación de 480 mm. Clima y altitud han condicionado a su vegetación, siendo la sabina albar la especie clímax. Junto a ella diversas variedades de pino y de robles y encinas degradados. De gran belleza es el paisaje del rodeno, contratando su color rojo con el verde de los pinos. Las calizas son famosas por su contenido en fósiles del jurásico.
Desde la más lejana prehistoria estuvo poblada Albarracín y sus tierras, como prueban las pinturas rupestres del Rodeno.
Sobre castros celtas surgió la población romana, que al cristianizarse se llamó Santa María de Oriente.
Con la invasión musulmana llegó aquí un grupo berberisco de la tribu de los Ibn-Racin, que le dio su nombre de villa. La disgregación del califato de Córdoba del que dependía, produjo su independencia como reino taifa musulmán, que tuvo tres reyes y duró 94 años, pero con la llegada de los almorávides a Al-Andalus, Albarracín pasó a depender del Reino de Valencia.
Amparado inicialmente a la sombra del castillo, que se alza sobre un peñasco, el caserío debió contar ya desde el siglo X con una muralla que lo encerraba y separaba del entorno. Una posterior ampliación de la ciudad en el siglo XI quedó igualmente encerrada en un nuevo recinto de murallas, posteriormente rehechas, que son las que hoy podemos ver.
Posteriormente, por cesión, pasa a manos de la familia cristiana de linaje navarro de los Azagra, que harán de esta ciudad un Señorío Independiente de Castilla y Aragón desde 1170, creando un obispado propio y haciendo prosperar su economía basada en la ganadería, el comercio y la industria de la lana, para lo que contaban con batanes, telares y molinos.
Tras el fracaso de conquista por parte de Jaime I en 1220, es Pedro III de Aragón quien la conquista en 1285, pasando definitivamente a la Corona de Aragón en 1300. Esta serie de hechos políticos tuvieron como base la importancia de la fortaleza y del sistema defensivo de Albarracín. Ello se aprecia más cuando se ve el interés que tuvieron los reyes aragoneses, especialmente Jaime II y Pedro IV, en la conservación y restauración del conjunto defensivo. Dentro de su recinto amurallado, la escasez de terreno utilizable obligó a disponer calles estrechas, casi sin plazas ni espacios libres y encerradas por la edificación en altura que no permitía ni siquiera un contacto visual con el exterior.
A partir del siglo XVI, cuando ya las murallas han perdido su interés, surge un barrio extramuros del Portal de Molina y parte de la población de la ciudad dedicada a la agricultura se traslada al llano (el Arrabal). Al perder su independencia fue perdiendo su destacado papel político aunque mantuvo una pujante economía durante varios siglos, constatada por la existencia de un importante barrio industrial con talleres de paños e hilados situado entre el castillo y la iglesia de Santa María.
Este barrio fue destruido durante la Guerra de la Independencia, hecho que marcó el comienzo del declive económico de la ciudad. Los barrios que han desaparecido y las casas destruidas durante la Guerra Civil han provocado una profunda transformación en la ciudad permitiendo transformar solares en parques, jardines y plazas más amplias, modificando el primitivo carácter cerrado de los espacios urbanos, que no obstante, aún se puede observar en los barrios de la calle Azagra y del Portal de Molina, en donde se ha mantenido casi en su totalidad la edificación.
Actualmente el turismo y la industria maderera son las principales actividades económicas de la ciudad.
Albarracín
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Vista de Albarracín desde la muralla
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Albarracín
Ubicación de Albarracín en España.
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Albarracín
Ubicación de Albarracín en la provincia
de Teruel.
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Ubicación
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1049
hab. (2015)
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2,34
hab./km²
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Albarracinense,
-a
Albarriciense, -a Lobetano, -a |
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44100 |
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978 |
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Alcalde (2011)
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Santo
Cristo de la Vega
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Santa
María
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Albarracín es una localidad y municipio español del suroeste de la provincia de Teruel, comunidad autónoma de Aragón. Cuenta con 1097 habitantes (INE 2009).
La localidad es Monumento Nacional desde 1961; posee la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes de 1996, y se encuentra propuesta por la Unesco para ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la belleza e importancia de su patrimonio histórico.
Toponimia[editar]
Se encuentra situada cerca de la antigua ciudad romana de Lobetum. Los árabes llamaron al lugar Alcartam que se derivaría del antiguo topónimo de Ercávida, pasando a denominarse más tarde como Aben Razin, nombre de una familia bereber, de donde se derivaría su nombre actual. Otros opinan que el término «Albarracín» derivaría del celta alb, 'montaña', y ragin, 'viña', 'uva' o del antropónimo Razin.[4]
Sin duda el topónimo procede de Ibn (ben) hijo de Razin (reyes taifas de Albarracín desde la fitna hasta Ibn Mardanis, rey Lobo de Murcia. es decir Al lugar de los hijos de Razin, aunque hasta el s. XIX su nombre oficial es Ciudad de Santa María de Albarracín, denominándose en época islámica Santa María de Oriente.[cita requerida]
Vista de Albarracín y su muralla.
Geografía[editar]
El casco antiguo se encuentra construido sobre las faldas de una montaña, rodeada casi en su totalidad por el río Guadalaviar. Al norte se encuentra la sierra de Albarracín, y al sur los montes Universales. Parte de su término municipal está ocupado por el Paisaje protegido de los Pinares de Rodeno.
En los alrededores nacen los ríos Guadalaviar, Tajo, Júcar, Cabriel y Jiloca.
Su término municipal es, por razones históricas, uno de los más grandes de la provincia de Teruel (sólo superado por el de Alcañiz) y en él se encuentran las localidades de: Albarracín (capital del municipio), El Cañigral, Las Casillas de Bezas, Collado de la Grulla, Valle Cabriel, El Membrillo, San Pedro y Valdevecar.
El pueblo está encaramado en un peñón y rodeado por el Guadalaviar. Por este lado y mirando hacia el río se hallan edificadas las casas colgadas. Dentro del pueblo sus calles son empinadas y estrechas, con rincones muy pintorescos. La construcción ofrece la original arquitectura popular con la forja propia de la provincia además de tener el color rojizo característico llamado rodeno.
La ciudad se divide en dos zonas:
- la parte antigua, la Ciudad, con sus casas colgadas sobre la hoz del río;
- el Arrabal, situado en la vega del Guadalaviar.
Albarracín cuenta con 1.110 habitantes (INE 2008). El impulso económico dado recientemente por el turismo ha permitido frenar la despoblación del municipio, que cuenta con un 12,0% de su población de nacionalidad extranjera (INE 2006).[5]