Hay dos caminos que suben a Uceda desde el rio Jarama tras pasar el puente metálico y dejar atrás la Antigua Fábrica de Harinas. Por el llamado la Charcuela, antiguo barranco, suben los coches. Es un paisaje peculiar y pintoresco donde te parece que te trasladas a otro lugar y en donde han rodado algunas películas del Oeste.
El otro camino parece que vaya encaminado hacia el cielo. El camino está construido por un empedrado de cantos que se empina y va serpenteando de un lado al otro para hacer más cómoda su ascensión. Allí arriba se ven los restos de la iglesia románica, a un lado los restos del castillo, a la derecha había asentado un pueblo medieval, y en medio cuando se empina la cuesta esta la Fuente de la Varga. Esta recoge su agua en un pilón de piedra. Le llaman al camino la cuesta de la Varga. Se cuenta que allí se apareció la imagen de la Virgen, justamente en un muro. Fué escondida su imágen durante siglos por los fieles de Uceda con una lámpara de plata encendida.
Cuando terminas de subir la cuesta ya divisas el pueblo. A su derecha hay un paseo concebido como mirador desde donde puedes contemplar parte del valle. También desde donde se asentaba el castillo se tienen unas espectaculares y hermosas vistas de la vega del Jarama. Del pueblo nos llama primero la atención su actual iglesia Nuestra señora de la Varga con su bajorrelieve en piedra con los dos milagros de la Virgen. Desde su campanario hay muy buenas vistas para ofrecerles a los turistas.
Cuando terminas de subir la cuesta ya divisas el pueblo. A su derecha hay un paseo concebido como mirador desde donde puedes contemplar parte del valle. También desde donde se asentaba el castillo se tienen unas espectaculares y hermosas vistas de la vega del Jarama. Del pueblo nos llama primero la atención su actual iglesia Nuestra señora de la Varga con su bajorrelieve en piedra con los dos milagros de la Virgen. Desde su campanario hay muy buenas vistas para ofrecerles a los turistas.
Nace, como fruto de mi imaginación desbordada e influida por el camino empedrado, una narración que quiere simplemente ayudar a dar a conocer acertadamente o erróneamente un poco más Uceda: “El señor del castillo a algunos de los que delinquían en sus territorios les obligaba a contar las piedras del camino de la cuesta, y si acertaban con el número exacto, que secretamente variaba cada año, les perdonaba sus fechorías y pecados. Hubo una vez un caminante acusado de un delito que no cometió. Este se negó a contarlas y por ello le quemaron los ojos con dos hierros candentes. El infeliz fue a rogar a la Virgen de la Varga antes de que al día siguiente lo mataran. Imploraría a la virgen para que de la noche a la mañana le enseñase los números y la suma ya que no sabía contar. El caminante antes de llegar a la Iglesia, acompañado por una mujer y un viejo a los que nadie conocía y que le guiaban de la mano, al pasar por la fuente se humedeció con su agua los ojos para aliviar el dolor y misteriosamente su vista sano. Ante tal suceso ocurrido y no teniendo una explicación el Señor del Castillo le perdono la vida y le dejó marchar como había venido.” Para que no tenga que inventarme historia me ofrezco para recopilar historias, anécdotas, suceso ocurridos, leyendas, etc de Uceda para que no caigan en el saco del olvido. Si queréis me los podéis comunicar verbalmente, escritos o por correo (fcerratorubiogmail.com).
Desde mi artículo invito a ampliar los conocimientos de la Historia de Uceda, descubrir sus leyendas y sus Monumentos a historiadores, arqueólogos y expertos en la materia para que con el apoyo de las instituciones, patrocinadores y de vecinos se puedan realizar dichas investigaciones ya que todavía hay mucho que descubrir.
Es gratificante contemplar un camino hasta hace poco oculto y ahora sacado a la luz como se puede ver la diferencia en las fotografías. Hay que agradecérselo a todos los que hayan participado en descubrir un camino de piedras por donde han pasado personas que han hecho historia. Hay cosas que no se pueden escuchar y leer, hay que verlas. Veámoslo y conservemos el camino empedrado.
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