UNA OPINIÓN MÁS: Recuerdo de Fiesta de Uceda.
Sonó la trompeta.
-¡Toro de 460 kilos!, colorado, astifino- Grito con voz de anunciamiento del esperado acontecimiento y para que todos los que estaban en la plaza lo oyeran con rapidez y fácilmente. Se abrió la puerta del toril y las puntas de unos cuernos se mostraron primeramente sin mostrar toda su testuz dando la apariencia de sumo y real peligro. Cuando aparecieron los cuernos totalmente sorprendió a todos lo largo y afilados que eran. Los portaba un niño cogido con sus manos. Eran dos cuernos de toro introducidos en un madero en los extremos y daba la sensación de peligro al recrear de manera artesanal la cornamenta de un toro. Salió esprintando y los demás niños con sus chaquetas o trapos citándolo lo toreaban y lo corrían y se libraban de él subiéndose a los remolques y carros que en un semicírculo creaban la plaza de toros. Para que no se escapase el toro los vecinos los unían unos seguidos de los otros y en sus partes bajas ataban en horizontal troncos de madera. La plaza se cerraba en la plaza mayor y los toriles se montaban en el callejón hecho de maderas y trillos. A veces se utilizaba el salón del trigo como toril. El toro de gran peso salía saltando desde el lugar o ayudado por el desnivel solventado por un trillo. Eran otros tiempos ya que la plaza de los toros se ha desplazado a otros lugares a lo largo del tiempo así como el recorrido de su encierro. Otros chicos tiraban petardos en cualquier lugar de la plaza antes que empezase el baile. Los músicos estaban subidos en un remolque a modo de escenario. Eran las posibilidades y comodidades de esos tiempos. Eran tiempos que los músicos iban a cenar y a comer a casas de vecinos para su manutención. Eran otros tiempos y tras el encierro por sus calles y tras recorrer los músicos los bares tocando para ambientar la fiesta y comer el asado el toro salió impetuoso del toril. La gente lo veía subidos en los remolques y en los carros dispuestos para ello. Debajo de ellos otros también lo veían agachados por tener sombra y al no poder subir con facilidad a los remolques. Había muchos abuelos allí debajo que de vez en cuando sacaban una especie de capa con las que citar al toro como cuando eran jóvenes. Los mozos estaban dentro de la plaza agarrados a los palos de los remolques para subirse cuando se acercaba el enorme toro. Lo toreaban los aguerridos maletillas que en medio de su faena pasaban un capote extendido a modo de bolsa para que la gente desde carros y remolques les echaran las monedas por su trabajo. Se jugaban la vida ante cualquier toro. De repente apareció con un capote citando al toro. Era mayor y no podía correr. Se jugaba la vida si era cogido por ello y además no había UVI móvil en esos tiempos. Toreo brevemente asistido por el arte que dejo fluir en los movimientos de sus brazos mientras sus pies no se movieron del sitio. Su valor y toreo me impresiono dejando esa gran sensación al contemplarlo asentándose con fuerza en mi memoria. Era el mismo viejo que con una carretilla iba vendiendo enseres como cacerolas en mi niñez por el pueblo. Los mozos corrían al toro, cuando no lo toreaban los maletillas, con gran valor con recortes y cites. Algunos pensaban que había quienes solo querían citar al toro para que tras citarlo lo llevasen conducido al burladero que ponían en las puertas del ayuntamiento. El toro en alguna ocasión lo desarmaba y entraba en el ayuntamiento. Podía subir las escaleras y llegar a las estancias superiores donde estaban las terrazas que daban a la plaza de toros y en que estaban la banda de música, la guardia civil, los concejales y el alcalde con sus familiares. Después del toro soltaban la vaca. Y después de cenar empezaba el baile con su peculiaridad de cada tiempo. Un año se subió un burro al escenario que en sus alforjas llevaba zurracapote para tocar una canción memorable de las películas del oeste. Antes en las épocas de pocos recursos también se hacia el baile donde Basilio que luego Luis, que con pena ya nos dejaron los dos, hizo una discoteca en la que en una ocasión estuvieron los Pecos. Lugo, según la han ido alquilando, diversos grupos de música han actuado en el local. Ha habito a la vez dos discotecas ya que también el Ático ha sido un sitio memorable para divertirse en las fiestas. Eran otras fiestas y el tiempo y el progreso las hacen diferentes unas de otras aunque en su esencia es la misma, tener ganas de fiesta. FELICES FIESTAS.
Este fin de semana Y primero de mes de Agosto hay Fiestas en Caraquiz, después en Uceda y también hay en Peñarrubia. Mirar en web Ayuntamiento.
Foto capturara mediante fotografía
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