CUENTO ACONTECIDO EN LA PUERTA DEL SOL Y EN LA PLAZA MAYOR DE MADRID:
Todo empezó en un día de fiesta que vine a Madrid desde el Pueblo a pasármelo fenomenal. Conocí, por arte de magia o por suerte, a mis dos compañeros con los que ahora camino desde la Puerta del Sol hacia la Plaza Mayor. Habíamos quedado como multitud de gente en el Oso y el Madroño de la Puerta del Sol.
Les invite a una ración de Pulpo y de gambas en un bar cercano. Uno era un poeta noctambulo Y muy amigo de el Señor Ernesto. Don Ernesto era mi apoderado. Me haría debutar en la Plaza de las Ventas como torero ni mas ni menos que en la Feria de San Isidro de Madrid. Estando en un bar le oí comentar a su amigo el Poeta que su torero había sufrido un accidente y que no podía debutar y que no sabía cómo cumplir el contrato. Yo me ofrecí a sustituirle. Me miro de arriba a abajo y me dijo: - Tienes planta de torero, pero lo comprobaremos paseando por Madrid y en especial por la Plaza Mayor a ver si creas impacto visual y atraes a las miradas de los turistas.-
-De acuerdo Don Ernesto.- le dije. Yo no había toreado más que al carnero de mi Pueblo pero pensé que otros habían triunfado sin torrear nunca jamás antes. Yo tenía arte. Y este se impondría a lo demás. -¿Cuando?-
- El Domingo siguiente en la estatua del Oso y del Madroño.-
Después de saborear la ración de Pulpo y de gambas refrescándonos con unas cervezas pasamos al lado de un disfrazado.
-Es la leche, estoy viendo la poesía celestial del equilibrio barruntada tiempo atrás por Leonardo Da Vinci. Este mimo se merece unas monedas.-
Le eche unas monedas ante las miradas complacientes del mi Apoderado y Poeta.
- La leche, este disfraz es mejor, mejor caracterizado y encima está sentado. Indudablemente se merece unas monedas.-
Le eché unas monedas ante las miradas complacientes de mi Apoderado y del Poeta.
Subiendo por de Carretas y camino de la Plaza Mayor divisé otro hombre disfrazado pidiendo dinero. Antes de que uno de los dos abriese la boca exclamé - Este si que es un disfraz fabuloso, es un arenero de la PLaza de las Ventas, y que quieto esta.-
Por detrás me podia haber equivocado
Y hasta de lado también pero para no desentonar le eche unas monedas. Era la estatua de un barrendero.
Entrando a la Plaza Mayor y sin darme cuenta que me habían robado la cartea mi Apoderado me dijo rápidamente:
-Nos vamos a sentar en aquella terraza para vigilarte desde allí tomándonos unas raciones. Comprobaremos que tal de desenvuelves tu solo por la Plaza Mayor.-
-¿Y qué tengo que hacer.-
-Enfundate es traje y a torear que ya tienes publico.-
-Empieza a torear antes que se te vayan las las dos del publico y te ocurra esto-
Después de esto me hice corresponsal en la Luna. Pero ese es otro cuento en mi blog.
Que no te roben la cartera y que no te timen que hay muchas clases de timos.
Fotos de cuadros míos muy mal hechas ¿SON UN TIMO?: