Hay quien no le a pasado que te hablen de un recuerdo y te surja repentinamente un tema productivo en que pensar. Así me ocurrió cuando Gregorio me comentó: “en Uceda antes había numerosa viñas y que por culpa de la filoxera esta acabo con muchas de las viñas. Luego repoblaron ….. ”. (En 1927 la filoxera propició la práctica desaparición de la totalidad del viñedo alcarreño). Pero otras viñas se volvieron a plantar. Mi bisabuelo Nicolás poseía viñas, como otros, en el siglo pasado y hacía vino en el cocedero como otros en sus bodegas. Gregorio me saco quizás de una duda ya que siempre había visto en Uceda numerosas cuevas y bodegas y yo no veía tantos viñedos para hacer tanto vino con el cual llenar las numerosas tinajas que hay ó había hace pocos años en toda Uceda. No podía ser que en tiempos pasados tuvieran numerosas tinajas para adornar sus bodegas, aunque hoy en día serían elementos maravillosos de decoración para atraer al turismo.
Se puede instaurar unos días como muestra anual y en un fin de semana en el que se muestren las bodegas del pueblo a todo el mundo para atraer al turismo. Uceda está llena de cuevas y bodegas surgidas en el esplendor de tiempos pasados y estas se llenaban de vino porque había una gran extensión de viñedos alrededor del Jarama. Esta extensión de terreno la componen, además de otros pueblos, Uceda, Patones, Toremocha, Torrelaguna, Talamanca, etc. Que hermosas son las bodegas y más si están llenas sus tinajas de vino. El vino se produjo por primera vez durante el neolítico. En otros tiempos vivían del vino en Uceda. A fines del siglo XVI se producía vino en Uceda. Esta constatado la existencia de unos vinos afamados, de buena reputación en la Corte, que procedían de diversos municipios. Uno de ellos era de Uceda en ese siglo. Era importante su cercanía para el abastecimiento de esta.
Producto de las sensaciones que me produjo en pensar en los viñedos de Uceda me tome para comer un vino de Julián que aún hace vino de aquí. Al echarme la reconfortante siesta tuve un sugerente sueño: Vi todo el campo pintado, con puntos verdes que eran vides extendidas por la mayoría de sus campos y llenas de uvas, y contemplado majestuosamente desde la altura de una avioneta. Esta surcaba los cielos cercanos desde donde divisaba todo el hermoso y pintoresco paisaje de esta zona. A esos viñedos los contemple como un cuadro. Así todo el campo en verano me parecía un extenso mar verde y repleto de ilusiones en busca de concretarse en una buena cosecha con la cual pintar las copas de cristal del color del vino que desprende su particular aroma y nos muestra a la vista su buen cuerpo.
Soñé que se podían repoblar las tierras con viñas, de las que se podría vivir, con cepas resistentes a la filoxera y con injerto de buenas uvas que se adaptan al terreno y al clima del lugar.
Yo para satisfacerme, ante la desaparición del sueño rápidamente, al despertarme creé una pintoresca y hermosa foto donde llene los campos de viñedos repletos de buenas uvas con la magia que con un programa de ordenador puedes recrear. Era una postal de otro siglo. Como era parte de un sueño que quizás alguna vez podamos ver realizado o tal vez no me fui al bar a tomarme un chato de vino para realizar una cata de uno ó dos vinos seguidos y me encontré con dos vecinos mayores de Uceda, que con su amabilidad me hablaron de las viñas de Uceda.
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